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La maldición del Edorta

Mañana fresca, ideal para disfrutar del monte y rodar a buen ritmo. Teníamos preparada una ruta exigente y de nivel, tal como merecía la ocasión.

La llegada de Edorta Urkiolo obligaba a sacar lo mejor de los locales combinando Plana y Verde para conocer el verdadero nivel de nuestro visitante tras su marcha al norte.

Puntuales a la cita, partimos con la intención de romper el crono desde el primer repecho pero las piernas no estaban finas y sólo reaccionaron cuando fuimos adelantados por otro rodador mañanero que nos miró con aire triunfal al alcanzarnos.

En ése preciso instante, se activó el orgullo cadretil y salimos a su rueda, buscando venganza, con la intención de dar el hachazo a las primeras de cambio, pero justo cuando le alcanzaba, me dí cuenta que mis compañeros no estaban para heroicidades por lo que aproveché la minutada que les saqué para sacarles un amplio reportaje fotográfico.

Tras desayunar y afeitarme por segunda vez en la mañana para hacer tiempo, conseguimos reagruparnos para continuar la marcha.

Plana arriba, Plana abajo buscando un camino alternativo dirección Montepinar, acabamos en una de las cuestas que desembocan en Vallovera..... y dirán los pro.... ¿cómo acabaron allí si marchaban en dirección contraria?????? Nosotros seguimos sin encontrar respuesta a tal misterio y estamos a Martes.

Sin tiempo a ubicarnos, comenzó a torcerse la salida. Más preocupado por encontrar el camino q por seguir las trazadas de sus compañeros, Edorta se empotraba contra mi rueda trasera y se tiraba en plan piscina cual futbolista celebrando el gol de su vida.

Resultado....borrachera de betadine y calmantes para un par de días.

Una vez que Vicente terminó de rellenar el atestado, nos pusimos dirección a casa porque no había forma de concentrarse con tanto aullido lastimero del vasco de arcilla.

A escasos km de meta, un nuevo incidente terminó de magnificar la leyenda de gafe de nuestro esporádico acompañante. Nuestro narrador favorito, sufría el ataque indiscriminado de la naturaleza en forma de abejorro descerebrado.

Tras la pertinente visita de urgencia, barra libre de Urbason en lugar de las merecidas cervecitas de final de ruta.

En fin, salida de ésas que se producen una de cada mil..... pero que no nos van a quitar las ganas de seguir pedaleando......comando bibe preparado para la siguiente aventura!!!!!


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